Volví a esa milonga, donde una vez la pista me vio eufórica y completamente deprimida. Anoté no volver, aunque sea por un tiempo.
No había nada para mí ahí, nada ni nadie. Hombres que creen que saben lo que quieren, y que no tienen nada más que un vacío. Tangos viejos, apretones y miradas.
Luego del cuarto fracaso me fui, con mis tacos puestos. Cuando la noche es mágica bailo hasta que me duelen los pies, y cuando no doy más me cambio los zapatos por el calzado cotidiano, antes de irme. Pero cuando me voy enojada, como hoy, me los llevo en los pies, y me los saco al borde de mi cama, sola.
Resulta que cuando llego me doy cuenta de dos cosas: es el día nacional del tango, irónico. Por otro lado, resulta que hoy es mi aniversario sexual con Él, que hace un mes no puede tener sexo, y que hoy no está acá, ni mañana, ni pasado...
Estoy profundamente enojada. Y un poco triste también.
Si me cruzas por la calle, te recomiendo mantener distancia.
Buenas noches.