Que extraño placer, cuando ahogada en tu universo, casi sin poder respirar, me mirás por un instante y me acariciás la cabeza... Seguís viendo la tele, o lo que estés haciendo, sin darte cuenta lo que esa caricia despierta.
Y yo soy tan feliz por el simple hecho de estar acurrucada a tus pies. Placer extraño e inmenso. Dulce, oscuro y luminoso a la vez.
Te quiero tanto...
Cartografías
Hace 4 años
2 comentarios:
es que, te lo digo, el amor es domesticación. es terrible, pero es.
A veces también a mí
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