Ella puede volverse ciegamente obediente al mismo tiempo que asume menos responsabilidad personal. Podría delegar su poder sutilmente y comenzar a idealizar a aquéllos que parecen más seguro de sí mismos. Realiza un trato inconsciente con él, un trato que dice: Haré lo que usted quiere que haga si me protege del peligro. Ella se esconde entonces bajo un paraguas imaginario, prometiendo fidelidad a esta fuerza externa, creciendo adicta a la seguridad que este arreglo parece ofrecer. Su sana capacidad para la profunda lealtad es una arma de doble filo; ella a menudo es leal a las personas incorrectas.
Cuando cede su poder, ella comienza a preocuparse crónicamente y sentirse conscientemente desamparada. Para compensar, se vuelve cauta y cuidadosa, tratando de anticiparse a los motivos de los demás. Puede intentar también controlar sus propios impulsos agresivos de modo que no se desvíen del papel sumisa que ha estado de acuerdo en jugar.
Para siempre
Hace 3 años
2 comentarios:
Cada una de las palabras de este post; hay Geisha solo nosotras sabemos de lo que hablamos.
asunto complicado
A veces uno prefiere usar a otro de paraguas no importa lo que haga. Debe ser una balanza imaginaria donde uno ve qué le pesa más...
Publicar un comentario